Diversidad Cultural y Religiosa
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA HA CAMBIADO
Hace ya bastantes años que la sociedad española ha dejado de ser relativamente uniforme y, como en la mayor parte de los países europeos, se caracteriza por una notable diversidad religiosa y cultural. Es un fenómeno, además, que tiende a ir en aumento, pues no sólo se debe a los movimientos migratorios sino también a cambios importantes en las pautas tradicionales de estructuración social en nuestro país.
Falta de experiencia
Aunque no es exclusiva de las grandes ciudades, esta pluralidad cultural y religiosa se hace especialmente visible en ellas, por razones obvias. Y tiene un reflejo indudable en el clima humano de los colegios, tanto públicos como privados, lo cual plantea desafíos sobre los que a menudo falta experiencia en España. Además, en el comportamiento de las personas, no siempre es fácil distinguir el elemento estrictamente religioso del cultural, pues con frecuencia aparecen entremezclados para el propio individuo. De suyo, la diversidad religiosa y cultural no es mala: al contrario, puede contribuir a una importante apertura de horizontes en la formación de la juventud.
Factor de conflicto y tensión
Pero, cuando no está bien tratada, puede convertirse en un factor de conflicto y tensión en los centros escolares, ya sea entre los propios alumnos, o entre los responsables del centro y los alumnos o sus familias. Estas cuestiones han de abordarse, en primer lugar, con una clara noción de cuáles son las coordenadas jurídicas esenciales. Por un lado, está la definición religiosa o moral de un centro, mediante un ideario al que tienen derecho si son privados (en el caso de los centros públicos se les presupone neutrales, lo cual no significa que deban ignorar las identidades religiosas de sus alumnos o de su personal).
Derecho fundamentala al libertad de religión y creencia
Y por otro lado está el derecho fundamental de los alumnos —y sus padres o tutores— a la libertad de religión y de creencia.
Pero no basta la mera existencia de unas reglas. Hace falta abordar problemas concretos que puedan surgir, lo cual requiere no sólo instrumentos de resolución sino sobre todo procedimientos apropiados de mediación, mucho más eficaces en la práctica. Y, junto a ello, una adecuada formación de los alumnos, de sus familias, y del personal del centro, en las implicaciones de la diversidad y en la importancia del respeto mutuo. Tanto la prevención como la resolución son aspectos importantes en esta materia.
Sobre todas estas cuestiones podemos ofrecer:
- Asistencia al centro para la elaboración de normas internas que permitan acomodar la pluralidad religiosa y cultural en términos razonables.
- Asistencia en procedimientos de mediación en casos de conflicto, y formación a quienes deban actuar como mediadores.
- Asistencia en la resolución de conflictos en la hipótesis de que la mediación falle, de manera que dicha resolución sea jurídicamente aceptable para el derecho español y europeo. Esto incluye lo relativo, en su caso, al procedimiento administrativo o judicial que corresponda.
- Charlas de formación en estas materias para alumnos, padres y personal del centro.